domingo, septiembre 28, 2003

UN ESCRITO CON EL CUAL ME IDENTIFICO BASTANTE, EN DIVERSOS PASAJES DE EL, YO CREO QUE TODOS NOS HEMOS ENAMORADO DE ALGUIEN A QUIEN TENEMOS CERCA DE NOSOTROS, PERO QUE RESULTA UN IMPOSIBLE, POR AZARES DE LA VIDA,, NO SIEMPRE DEPENDE DE NOSOTROS QUE NUESTROS DESEOS SE VUELVAN REALIDAD..

LO ESCRIBIO EL SR. ADOLFO MORALES (DEL CUAL YA ME DECLARO FAN) GRACIAS A A LA CHISTER GLORIA QUE LO LEYO Y ME LO HIZO LLEGAR...

LEANLO CON TODOS LOS SENTIDOS Y CON EL CORAZON MAS SINCERO...


Silencio

Por Adolfo Morales Moncada


En el principio no fue la palabra, fue el silencio.

Apareciste de la nada. Ese d?a era como cualquier otro, hasta que te miré.

Mirarte.

No pronuncié palabra alguna. Fui silencio. Tu cabello ca?a sobre tus hombros, sonre?as, me mirabas. Hablamos. Algo nos dijimos. Te juro que no recuerdo las primeras palabras que te dije. Luego te miré y s?lo el silencio.

Mirarte y entonces sentirte.

Algo apareci? en m? cuando me topé con el fondo de tus ojos. Una breve sacudida que seguramente pas? inadvertida para ti. Igual habr?s pensado, ?y este hombre qué tanto me mira? De hecho, debo confesarte que yo mismo tardé en medir, en reconocer el peso de esa sacudida cuando varias noches traté de acorralar el fondo de tus ojos en mis recuerdos.

Cierras tus ojos y la mirada de ella permanece, hora tras hora de ese d?a, esa noche y luego la siguiente y cada noche te descubres deseando mirarla otra vez, que te mire otra vez.

Supongo que uno comienza a querer darse cuenta, en silencio, sorprendido, casi temeroso, diciendo algo como buenos d?as o buenas noches, o ?qué hiciste el fin de semana?, o cualquier otra simplada para salir de paso. Palabras que finalmente no dicen nada. ?Sabes por qué? Porque lo que uno quisiera decir (son lindos tus ojos, ?en d?nde has estado todos estos a?os? ?Y si te invito un café?), permanece oculto entre las otras palabras.

Mirarte. Pero, ?qué decir? Silencio.

A veces vienes de no sé donde y resulta que pasas cerca y te detienes para hacer no sé qué cosas, entonces mis manos se quedan mirando a tu piel desde lejos. Pero también pasa que, de cuando en cuando, caminas hacia m?, entonces secretamente sonr?o mientras te atisbo por momentos, te acercas poco a poco, hasta que finalmente llegas a m? y mis manos se asombran de tu cercan?a. Como si cualquier cosa me dices que el café, que los d?as, que el trabajo, vaya, lo que sea, yo s?lo por prolongar tu presencia te contradigo y discutimos dulce y fieramente sobre cualquier nimiedad; atacas y me defiendo, luego contraataco y pones cara de asalto al castillo, de no se vale, de lo que pasa es que claro, como estas grandote, entonces nos re?mos y nos miramos. Te miro, y has de decir nuevamente, bueno, ?y ese hombre qué tanto me mira?

Ya han pasado tiempo y tiempos desde el d?a en que me perd? en el fondo de tu mirada. Yo creo que de alguna manera sabes lo que siento. Mujer al fin, tienes un sentido extra que te permite saber de mis miradas y mis silencios. Quiz? ya sabes qué es lo que este hombre tanto te mira.

?Te he dicho que te quiero? Quiz?, alguna vez. Pero de mi quererte poco o nada te dicen mis palabras.

Después sucede que algo me est?s contando y yo s?lo te miro y algo me preguntas y yo sin saber qué decir y t? te quejas de que no te pongo atenci?n, y me reclamas, que d?nde ando, que no te hago caso, que ya no me vas a contar nada. El caso es que, y no es disculpa, cuando tu presencia y m?s cuando tu cercan?a, me detengo un poco en tu rostro, hay cierto encanto en tu mirada, en la manera en que dices las cosas, y entonces tu labios, en ciertos ademanes, y entonces tus manos... ves, ya me distraje.

Te diré que en mi silencio hablo, bueno, es un decir, me digo cosas como qué bella es, o qué ganas de darle un beso o simplemente re?r tu risa. Claro, t? me has sorprendido distra?do y me rega?as y yo pongo cara de... (?de qué pondré cara?) y digo que me disculpes y t? no te repito nada, y yo ?ndale no seas mala y t? pones cara de falsa ofendida (porque se nota que es de mentiritas) y te volteas mirando al infinito, es decir la pared o la ventana, mientras me miras de reojo y entonces volvemos a discutir dulce y fieramente hasta que la risa nos gana y yo te miro, sin decir palabra.

De todo esto , en realidad no sé qué es lo que intuyes, lo que imaginas o lo que sabes. El caso es que, cuando inicia la noche, como muchas noches, te vas. Nos despedimos como cualquier cosa, nos basta un que te vaya bien, que descanses, te cuidas. Entonces lentamente te vas y yo te miro hasta donde mis ojos ya no pueden mirarte.

Pero te confieso, por las noches (y esto t? no lo sabes) cuando parece que la distancia, que el destiempo, que las sombras, mientras t? duermes y callas, mi silencio te abraza.


A CASI UN A?O Y MEDIO, Y RECORDANDOTE CON LA MISMA INTENSIDAD, Y RECORDANDO TU PRIMERA MIRADA,, Y MI DESCONTROL Y FASCINACION AL VERTE... SOLO QUIERO DECIRTE QUE EN ESTE INMENSO MUNDO ALGUIEN TE PIENSA CON UNA INTENSIDAD NO IMAGINADA....YO.

No hay comentarios: