viernes, julio 15, 2005

Pasiones, personas, utopías, dolores, sombras, atracción, ojos, sonrisas, indiferencia, sueños, quiénes somos, quiénes podríamos volvernos, bocas, ser, parecer, sentimientos absurdos, emociones divinas... y un gran valle de almas divididas.

Dedicado a Pato porque con este relato un cuak cuak sonó dentro de mí... así de especial eres.

La señorita Green (1981)

Esta era una mujer, una mujer verde, verde de pies a cabeza. No siempre fue verde, pero algún día comenzó a serlo. No se crea que siempre fue verde por fuera, pero algún día comenzó a serlo, hasta que algún día fue verde por dentro y verde también por fuera. Tremenda calamidad para una mujer que en un tiempo lejano no fue verde.

Desde ese tiempo lejano hablaremos aquí. La mujer verde vivió en una región donde abundaba la verde flora; pero lo verde de la flora no tuvo relación con lo verde de la mujer. Tenia muchos familiares; en ninguno de ellos había una gota de verde. Su padre, y sobre todo su madre, tenían unos grandes ojos cafés. Ojos cafés que siempre vigilaron a la niña que algún día seria verde por fuera y por dentro verde. Ojos cafés cuando ella iba al baño, ojos cafés en sus dormitorio, ojos cafés en la escuela, ojos cafés en el parque y los paseos, y ojos cafés, en especial, cuando la niña hurgaba debajo de sus calzoncillos blancos de organdí. Ojos, ojos, ojos cafés en cualquier sitio.
Una tarde, mientras imaginaba que unos ojos cafés la perseguían, la niña se cayo del columpio y se raspo la rodilla. Se miro la herida y, entre escasas gotas de sangre, descubrió lo verde. No podía creerlo; así que, a propósito, se raspo la otra rodilla y de nueva cuenta lo verde. Se tallo un cachete y verde. Se lleno de raspones y verde y verde y nada mas que verde por dentro. Desde luego que, una vez en su casa, los ojos cafés, verdes de ira, la nalguearon sobre la piel que escondía lo verde.

Mas que asustarse, la niña verde entristeció. Y, años después, se puso a un mas triste cuando se percato del primer lunar verde sobre uno de sus muslos. El lunar comenzó a crecer hasta que fue un lunar del tamaño de la jovencita. Muchos dermatólogos lucharon contra lo verde y todos fracasaron. Lo verde venia de otro lado. Verde se quedaría y verde se quedo. Verde asistió a la preparatoria, verde a la universidad, verde iba al cine y a los restoranes, y verde lloraba todas las noches.

Una semana antes de sus graduación, se puso a reflexionar ”los muchachos no me quieren porque temen que les pegue mi verdosidad; además, dicen que nuestros hijos podrían salir de un verde muy sucio, o verdes del todo. Me saludan de lejos y me gritan: `adiós, señorita Green` y me provocan las mas tristes verdes lagrimas. Pero desde este día usare sandalias azul cielo, aunque se enojen los ojos café. Y no me importara que me digan señorita Green porque llevare en los pies un color muy bonito”

Y así, esa misma noche, la mujer verde empezó a pasear luciendo unas zapatillas azules que les recordaban el mar y las tardes de cielo limpio a quienes las miraba. Aunque dijo `un color muy bonito` un tanto cursi y verdemente, sin imaginar lo que implicaba calzarse unas sandalias azules, la suerte le cambio. Cuando la mujer verde pasaba por los callejones mas aburridos, la gente pensaba en peces extraños y en sirenas atractivas; una inesperada imaginación desamodorraba las casas.
-Gracias, Mujer Verde- le gritaban a su paso

Si la mujer verde salía a dar la vuelta en la madrugada, aquellos que padecían insomnio llenaban sus cabezas con aleteos alegres y cantos de aves y vuelos en cielos donde la calma reposaba en el horizonte; luego, dormían soñando que una mujer azul les acariciaba el pelo.
Pronto, la fama de la mujer verdiazul corrió por la ciudad, y todos deseaban desaburrirse, o curarse el insomnio, o tener sueños fantásticos, o viajar al fondo del cielo azul.

Una tarde, mientras la mujer verde descansaba en su casa, tocaron a la puerta. Ella se arregló su verde cabello y abrió. En el quicio de la puerta se encontraba un hombre, un hombre violeta, violeta de pies a cabeza. Se miraron a los ojos. La mujer verde vio un dragón encantador. El hombre violeta vio una cascada de peces. El hombre violeta se acercó a la mujer verde y la mujer verde se acercó al hombre violeta. Entonces, un dragón violeta voló hacia la cascada y ahí se puso a jugar hasta que se dejo ir en la corriente de peces.

Luego, cerraron la puerta.

ESTE SI LEANLOOO!!!

Este definitivamente movió fibras en mi, de Guillermo Samperio del mismo libro Miedo ambiente y otros miedos, narración

A propósito de un Tucán (1981)

¡Quién lo viera a este húmedo tucán! Mira hacia un horizonte que parte en dos la galaxia. Esa raya en el espacio se continúa en su interior; por eso se ve triste y angustiado. Lo habita un problema del tamaño de su mirar.
El color de sus plumas ha cambiado. Ni el se imaginaba que un día de tantos amanecería manchado de violeta. Los tintes amarillos y naranjas de su gran pico son la memoria de lo que fue. Pero la forma de ese mismo pico. Achatado en su extremo, habla de su nostálgico esperar. Y en verdad no sabe que espera. A eso se debe que sus ojos se vean impacientes, faltos de luz y desesperados. Ha dicho que un zopilote le devora las entrañas y que un colibrí huyó del lado izquierdo de su pecho. Pero nadie le cree, ¡pobre!
En uno de esos días de tantos, antes de la caída de lo violeta anhelo que se terrenalizara lo imposible, porque se había percatado de que lo vivió sin darse cuenta. En sus inéditas Memorias de lo quieto hay un pasaje al respecto:
”En una ocasión, cuando mi tucana voló a la casa de sus padres, yo me sumí en una de las angustias mas profundas que puede experimentar un tucan como yo... en esos días llegue a inventar una poesía de utilidad casera; preparando las pócimas me encontré con el deseo de que, al regreso de mi tucana, sucediera lo imposible... una noche, como a la una de la mañana, entre las cobijas, me dije que no tenerla con solo extender el ala era lo imposible. Resultaba como querer estar con ella el martes pasado, aletear juguetonamente frente a su pico anteayer; de tanto vació esta lleno lo imposible. Entonces, en la oscuridad, surgió otra frase: cuando estamos juntos, compartiendo las hierbas y los peces, acurrucados el uno sobre el otro, esta sucediendo lo imposible. Si, me dije sentándome en la orilla de la cama, cuando llenamos de plumas y escándalo esta habitación nos esta pasando un milagro...”
Sin embargo, resulto imposible que su tucana experimentara con el lo imposible. Entonces este húmedo tucán se volvió loco por unos meses; después, amaneció con ese maldito color que lo cubre. Su tucana había desaparecido.
Ahora, se encuentra parado sobre aquel alambre de pues. Espera no sabe que. Mira un horizonte que parte en dos la galaxia.

lo primero

Por lo pronto los dejo con estas narraciones de Guillermo Samperio, del libro Miedo ambiente y otros miedos, pueden creer que me gusto muchísimo este libro y solo me costo 10 pesos en un tianguis...


Algo sobre el color. (1981)

Solo cuando la vida se vuelve tensa, dolorosa, angustiante, los colores cobran importancia. Hay una necesidad urgentísima de explicar tantos hechos de nada y tanto, que las palabras resultan insuficientes; vienen siendo, después de noches y días de insomnio, una borrosa versión de eso que nos ha sacudido, desmembrado. Entonces nuestra ansiedad y nuestras fantasías se auxilian de otras formas de expresión: aparecen los dibujos, los sentimientos indefinibles, las ideas religiosas, o los colores.

Así, una mañana como cualquier otra, uno siente que lo violeta se ha inmiscuido en nuestras entrañas. Desde luego que se siente pánico porque inevitablemente después se dice que el violeta es el color de la culpabilidad. Y si el amor nos ha rondado la cabeza y el hígado y el alma, lo negro no puede llevarnos mas que hacia el sentimiento de la muerte. La culpabilidad, la muerte y el amor combinan terriblemente bien. Ahí es cuando se afirma que nos habita un ser violeta manchado de penumbra que habla desde nuestros ojos. ¿Qué otra cosa se puede hacer?

Pronto te preguntas por la coloración del amor, y hasta ese momento solo se atina a decir que tienen su lado violeta y negro, esto es, culpable y mortal.

Indagando mas, porque uno no desea quedarse encerrado, nocturnando, picoteado por esas tintas malditas, tendemos al encuentro de colores que expresen la satisfacción y la vida y, anhelando-buscando y sufriendo-anhelando y buscando-sufriendo, un amanecer, aunque sea alumbrado por un sol ébano, nuestros labios dicen: ”Quiero amarillez; deseo lo anaranjado.” Es decir: ”Quiero vida; deseo satisfacción.” Y esos son los sitios, a veces los oasis, hacia los que uno correo, aunque se interponga una ciudad entre un pigmento y otro, mientras el cuerpo despide un llanto doloroso a través de todos sus locos miembros. Si, la carrera será larga; a veces nos tropezaremos con cactus y coladeras y dunas terribles, pero cada vez mas nos llenaremos de gozo porque nuestro rostro comenzara a iluminarse de luces amarillas y naranjas. El sol mostrara una medio luna dorada y los rayos de luz que vengan desde ahí nos provocaran tranquilidad, una mano menos temblorosa. Descorreremos las cortinas de la recamara.

Luego, nos volveremos a preguntar por la coloración del amor. Después de haber corrido un buen rato hacia los colores de la satisfacción y la vida, tenemos los suficientes sentimientos visuales para definirlo mejor Si bien el amor tiene su lado negro-violeta, también tiene otro amarillo-naranja. Es el territorio donde nos sucede todo, donde oscilamos entre el dolor y la alegría.

II

El arcoiris es indudablemente contradictorio. Si no fuera así, el no existiría. Las líneas donde un pigmento se une a otro son como navajas de papel. Y sobre sus filos amamos.
Lo verde es el depositario del dolor, pero esa calidad se la otorga al rojo. Estos colores se cubren con capas violetas y negras. Lunares de vida y satisfacción salpican los colores entonces dominantes. La ciudad se encuentra lejos, clausurada, y uno esta sobre un cuerpo.

En el momento del coito, el azul celeste no participa, se reserva. Solo cuando el arcoiris descansa, pequeños puntos celestes impregnan nuestros labios y brazos. Es el color del agradecimiento, de la duermevela. A su lado vive el azul oscuro, que también sobreviene después del coito, pero se manifiesta en forma de calambres, cincelados por la violencia de lo verde, que así vez ha sido cincelado por lo rojo.

De ahí que verde y rojo no sean colores opuestos. Mas bien se trata de una pareja que puede derrotar cualquier luna anaranjada. Y cuando es así, solo a través de las franjas rojas y verdes gozamos. El desierto se mezcla con la calle allá, en donde pasan los automóviles y la gente. Aquí, lo verde no existirla si no hubiera un rojo fustigado. Vale decir, el rojo no seria tal si el verde no estuviera a la vista sobre el cuerpo fustigado. Rojo y verde se complementan: dolor y gozo, respectivamente, son las voces de sus maneras. Solo llega el ruido del viento que choca contra las dunas.

Por lo tantos, cuando lo verde-rojo predomina en el acto amoroso, a el asisten, en primer termino, la culpabilidad y la muerte. Y , como pequeños seres, saltan el amarillo y el naranja. Después, en aquel instante en que parece que los cuerpos reposan, la habitación se llena d azul oscuro. Algunos puntitos de azul celeste brincotean por aquí y por allá.

El arcoiris a madurado. Se ama de manera amarilla o rojamente, según la hora del día. La ciudad irrumpe en la recamara.

CAMBIOS DE MI AMADO BLOG

He decidido que –debido a que ya hay mucha cursilería de lo mas profundo de mí- este blog debe de cambiar, para bien espero... ya no escribiré mis sentimientos, de cualquier manera generalmente son ignorados, lo mejor es guardar todo lo que siento y tal vez así se olvide. Ahogare mis palabras cursis, tontas y repetitivas sobre mis afectos. Comenzare a dejar de querer –aunque me duele- , la verdad es que quiero llorar, se siente tan feo no tener el control de las emociones.

No sé bien que es lo que ahora escribiré, mis sentidos se tienen que concentrar en otras cosas, ya no en las utopías, o por lo menos ya no en los sentimientos románticos que tengo. No sé bien como lograrlo, esto de contener los sentimientos ocasiona que hasta la garganta duela.

Por ultimo –por si se nos cae el cielo- quiero escribirte esto: te quiero, eres alguien bien especial para mí, me has ayudado mucho, y lamento no poder hacerte entender lo muy importante que te volviste para mí. Repito no solo eres un cuerpo que excita o provoca, no, eres un espíritu que incita ¿a qué? A todo, a ser mejor persona, a decir lo que se siente y lo que se piensa, a esforzarme por lo que quiero, a soñar mas de lo que ya soñaba –porque eso si, siempre he tenido la manía de idear mucho y poseer esperanzas-, me has alentado a conseguir lo que quiero, he aprendido, he descubierto que tengo la capacidad de querer mucho –a pesar de querer imposibles-... todo eso y mas... Te agradezco tu compañía y tu presencia cuando me he sentido mal... Gracias por dejarme cuidar –tratar- de ti, por dejarme ser parte de tus ciclos, de tu tiempo; por los abrazos –espero que nunca hayan sido obligados-. Disculpa por mi locura, por mis tantos silencios, por mi arrogancia, por mis exigencias, por mi ternura espontánea y mis letras patéticas, por mi inmadurez, por robar tu tiempo, por mi insistencia de verte. En un libro leí esto ”Balzac salía frecuentemente. No siempre tenía paciencia para esperar a Madame de Berny, todavía dilecta, aunque ya, para él, casi fatigosa; fatigosa quizá por infatigable” así lo explico mas fácil: Discúlpame por quererte tanto. O como dice Samperio ”Perdóname por amarte de repente”

Si queridos lectores –si es que acaso los hay- dejare de exhibir mi corazón en esta vitrina electrónica, bueno quizá vuelva a escribir algo personal cuando ya no aguante por alguna emoción colosal –alegría o tristeza- , seguiré escribiendo ahora si sobre cosas realmente importantes...

Si, escribiré sobre cosas importantes, transcribiré algún poema de alguien grandioso, o pasaje de algún libro, alguna frase, o quizá un análisis sobre la conducta humana jajaja que sé yo, pero debe de ser algo interesante, y no tonterías sobre sentimientos no experimentados y emociones bloqueadas.

*La señora de Abrantes le dijo a Honore de Balzac ”soy tu amiga para siempre y su amante... cuando lo quiera usted” *